El 18 de octubre de 2024 y el 25 de febrero de 2025 vivimos en LideraT dos de los talleres más transformadores del año, de la mano de Javier González, experto en improvisación y comunicación. Dos sesiones que nos sacaron de la cabeza y nos llevaron al cuerpo, a la risa, y al presente.
Desde el primer minuto, Javier supo cómo bajar nuestras defensas. Con juegos de imitación y dinámicas sin palabras, creó un ambiente de confianza donde todos pudimos soltarnos y expresarnos sin miedo al juicio. Porque solo cuando bajamos la guardia aparece la magia.
Uno de los grandes aprendizajes fue entender que improvisar no es inventar al azar, sino saber responder con inteligencia emocional y creatividad cuando las cosas se salen del guion.
Nos enseñó a pasar del "es que" al "ya que", del bloqueo a la oportunidad.
Jugamos al “no, pero…” y luego al “sí, y además…”, y descubrimos lo diferentes que pueden ser las conversaciones —y los proyectos— según la actitud con la que respondemos.
La última parte de cada taller fue una explosión de creatividad:
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Historias improvisadas en grupo.
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Presentaciones aleatorias llenas de humor y genialidad espontánea.
Y un mensaje claro:
Todos podemos improvisar. Solo hay que dejar de querer tenerlo todo bajo control.
¿Por qué la improvisación es clave también fuera del escenario?
En la vida laboral y cotidiana, la improvisación es mucho más que un recurso escénico:
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Nos ayuda a responder con agilidad ante lo inesperado, una habilidad esencial en entornos cambiantes.
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Mejora la escucha activa, el trabajo en equipo y la empatía, porque obliga a estar atentos a lo que los demás proponen.
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Fomenta la creatividad en la resolución de problemas y la toma de decisiones.
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Y sobre todo, nos entrena para dejar de buscar el control absoluto y empezar a construir desde el momento presente.
Improvisar es confiar. En ti, en tu equipo, y en que lo que salga puede ser incluso mejor que lo planeado.
Y ese, quizás, sea uno de los aprendizajes más valiosos para cualquier líder.
Gracias, Javier, por recordarnos que el liderazgo, la colaboración y la vida real no van de tener respuestas perfectas, sino de estar presentes, escuchar y construir con lo que venga.
